Las personas con miopía experimentan la desagradable sensación de no poder ver nada de lejos, si no llevan gafas. Esta dependencia es tal que no pueden hacer vida normal sin ellas, pero la situación aun empeora cuando la miopía sobrepasa las 6-8 dioptrías y se desarrolla una alta miopía patológica. Cada vez detectamos más casos de pacientes que acuden a nuestra clínica de miopía en Valencia con este importante problema de visión.

La necesidad de controlar la miopía

Las estadísticas indican que los casos de alta miopía en los últimos años han pasado del 2% al 5% en los últimos años, y parece que la tendencia al aumento se mantiene progresivamente.

Las consecuencias de la alta miopía pueden ser graves, ya que esta patología implica un aumento del riesgo de padecer hemorragias, mácula, cataratas, glaucoma, roturas de retina espontáneas o desprendimiento de la misma. Además, corregirla por cirugía es más complicado que en los casos normales de miopía, ya que se requieren procedimientos más complejos que implican incluso inyectar una lente intraocular.

Por todas estas razones, es imprescindible controlar la evolución de la miopía en las primeras fases de la vida.

La atropina superdiluida para frenar la miopía

En España no tenemos la cultura oftalmológica de frenar el avance de la miopía mediante la aplicación de atropina superdiluida, pero en muchos países asiáticos este tratamiento se aplica a más del 50% de niños y jóvenes con este problema, con resultados positivos.

En nuestra clínica de miopía de Valencia tenemos más de 10 años de experiencia en el tratamiento preventivo de este problema visual con atropina superdiluida. Nuestros oftalmólogos especializados organizan y supervisan los resultados de la aplicación en cada paciente de esta sustancia, que debe adquirirse en centros especializados.

El tratamiento de atropina

Hace más de un siglo que se conocen las ventajas de la aplicación de la atropina como colirio en el freno de la miopía, pero su uso no se ha hecho efectivo hasta ahora porque esta sustancia en una concentración del 0,5% y 1% , tal y como se hacía tradicionalmente, genera efectos secundarios intolerables como deslumbramiento, fotofobia a la luz, y visión muy borrosa.

Estos efectos secundarios desaparecen cuando la atropina se diluye entre 50 y 100 veces y, en cambio, el tratamiento sigue ofreciendo resultados excelentes a la hora de frenar el avance de la miopía, como demuestran un gran número de estudios realizados en pacientes infantiles y juveniles. De hecho, también está demostrado que la eficacia de la atropina es proporcionalmente mayor cuanto más joven es el paciente y, por lo tanto, menos dioptrías ha desarrollado. 

La clave del éxito de este tratamiento radica en su personalización teniendo en cuenta las características del paciente en cuanto a edad, número de dioptrías y color del iris. Un médico oftalmólogo experimentado de nuestra clínica de miopía en Valencia lo diseña a medida y, además, pauta revisiones cada 6 meses, que se llevan a cabo mediante programas informáticos específicamente diseñados para ajustar la aplicación del colirio al crecimiento del globo ocular.

El tratamiento es tan fácil y sencillo como la aplicación de una gota al acostarse, pero siempre hay que tener en cuenta la decisión del médico en cuanto al momento de finalizarlo, ya que una suspensión brusca puede producir un efecto rebote indeseado.

Otra de las grandes ventajas de la aplicación de la atropina es su bajo coste, que no supera los 10 euros al mes y es financiable por la Seguridad Social.

Siguiendo un tratamiento de atropina diluida se puede conseguir que un niño o joven frene el desarrollo de su miopía. Esto es clave para que al superar los 21- 24 años, y siempre que lleve 2 años con este trastorno visual estabilizado, pueda decidir operarse con láser y eliminarlo para siempre.

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